En adelante, las perspectivas lucen más alentadoras: por ejemplo, una estimación indica que el mercado logístico global se recuperará en 2021 y crecerá un 4,7% hasta 2024.
Para comprender por dónde pueden venir las tendencias futuras nos pareció oportuno sintetizar este artículo que brinda un panorama bastante claro. El autor comienza por destacar algo que hemos vivido: en 2020 muchas organizaciones inteligentes pasaron rápidamente al comercio electrónico y la transformación digital. Además, indica que en el futuro las estrategias digitales deberán abarcar las operaciones y los procesos comerciales centrales, como el servicio a los clientes y el almacenamiento de inventario, para lo cual se podrán utilizar diversas tecnologías -por ejemplo, Internet de las Cosas, computación en la Nube, automatización de procesos y otros productos y servicios digitales-.
Tecnologías innovadoras
Si antes del Covid-19 la inteligencia artificial (IA) y la robótica avanzaban lentamente en el campo de la logística, con la interrupción global de las cadenas de suministro por la pandemia “algunas empresas están analizando más de cerca la integración de estas tecnologías innovadoras en las operaciones; los robots, por ejemplo, pueden ayudar a rastrear problemas de la cadena de suministro, desinfectar y administrar las operaciones de empaque y envío, y más”, se lee en la nota que estamos repasando. Sin embargo, el autor entiende que la robótica sólo debería integrarse para cubrir algunos de los trabajos más mundanos, como paletizar, despaletizar y clasificar. Y sugiere que las empresas tendrían que invertir en la mejora de las competencias para ayudar a los empleados a realizar la transición para trabajar junto con estas tecnologías.
Transformación digital
La gestión de la cadena de suministro de un extremo a otro ya era una preocupación antes de la pandemia. De ahora en más las empresas de logística “deberán considerar las redes de suministro digitales para optimizar las rutas de envío, detectar retrasos imprevistos y facilitar el seguimiento y la localización, las sustituciones de modo y el reequilibrio del inventario”.
En el contexto actual de retorno a una “nueva normalidad”, la transformación digital implica la capacidad de responder a las nuevas demandas de los clientes e innovar con servicios creativos. Y dado que los clientes buscan visibilidad y transparencia de un extremo a otro más que nunca, es probable que las organizaciones del sector logístico continúen transformándose digitalmente a un ritmo acelerado.
De todas formas, el autor destaca que el factor fundamental que permite aprovechar al máximo los avances tecnológicos son las personas, que en definitiva son “las que brindan la visión, el conocimiento de los matices geográficos y culturales y la creatividad”, particularmente en una época en la que tocará generar experiencias excepcionales para los clientes en un mundo más conectado. Por ello será central “equipar al personal con acceso a datos de mayor calidad, herramientas que automatizan tareas redundantes o repetitivas y tecnología para impulsar una mejor toma de decisiones”.
Impactos en la estrategia
Con la pandemia muchos líderes empresariales reconocieron que las cadenas de suministro complejas y extendidas son vulnerables. “Como resultado, muchas compañías están haciendo planes para acortarlas mediante el nearshoring o reshoring y menos importaciones”.
De tal suerte, el artículo predice que las empresas buscarán expandir sus bases de proveedores en múltiples sitios de producción y aumentar los niveles de inventario en todo el sistema, mientras se preocupan menos por el proveedor de menor costo. Y en este sentido las compañías de servicios logísticos que puedan aumentar la capacidad de almacenamiento o los puertos secos podrían tener una ventaja.
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