Esta celebración fue establecida por una resolución del 22 de diciembre de 2015 de la Asamblea General de la ONU, en reconocimiento “al papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y la tecnología”. Su objetivo es lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, apoyar a las mujeres científicas y promover el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Dejar atrás la desigualdad de género en la ciencia es clave tanto hacer posible una ciencia y una tecnología de mayor calidad, como para lograr el desarrollo económico y avanzar hacia los objetivos y metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Desigualdad de género en la ciencia
Las estadísticas indican que a nivel global el número de investigadoras mujeres apenas ronda el 30%. Aunque en muchos países se alcanzó la paridad en el campo de las ciencias de la vida, “su proporción entre los doctores en ingeniería y en informática solamente asciende a un 28% y un 40%, respectivamente. Además, apenas representan un 22% de los profesionales que trabajaban en el ámbito de la inteligencia artificial (IA)”. Y justamente estos campos son los que vienen impulsando la revolución digital y que congregarán una parte importante de los empleos del futuro.
Asimismo, las mujeres “reciben menos fondos de investigación que los hombres y tienen menos probabilidades de lograr un ascenso”. Y siguen siendo minoritarias en los puestos técnicos y directivos de las empresas tecnológicas.
Mujeres científicas
La diversidad en la investigación amplía el número de investigadores talentosos, aportando una nueva perspectiva, talento y creatividad. Sin embargo en la ciencia y la tecnología existe una brecha de género histórica y es un ámbito en el que “fueron invisibilizados los logros y la participación de las mujeres”.
Por ejemplo escasas personas conocen el papel fundamental de la mujer en la ciencia, y pocas conocen los nombres de mujeres científicas importantes. Por eso es preciso reconocer las contribuciones de las mujeres en las áreas de la investigación y la innovación, erradicar la discriminación contra las mujeres y las niñas en la ciencia, así como también eliminar los estereotipos.
Respecto a esto último, es sabido que los estereotipos de género ya de por sí ponen barreras para que las niñas y jóvenes se orienten hacia las disciplinas científicas y tecnológicas desde temprana edad pero, además, las mujeres que eligen este camino encuentran otros `palos en la rueda´: ellas suelen dedicar más tiempo a las responsabilidades familiares y además la promoción está basada en normas y criterios de evaluación masculinos.
En Latinoamérica
Según un informe, en términos comparativos, América Latina y el Caribe tienen un elevado índice de investigadoras (45%), lo que la convierte en la segunda región con más paridad de género en este campo. “Sin embargo, dentro del sistema científico-tecnológico, se puede observar una importante segregación horizontal (por disciplinas) y vertical (para llegar a roles directivos y cargos jerárquicos)”.
En la Argentina los datos de otro relevamiento indican que seis de cada 10 universitarias son mujeres, pero solo representan el 25% del total de estudiantes de ingeniería y ciencias aplicadas, y el 15% de las inscripciones en la carrera de programación. En el país últimamente se observa “mayor protagonismo de mujeres en la investigación. Pero en lo que hace a su participación en roles jerárquicos, y a la integración de la perspectiva de género, quedan muchos desafíos por abordar”.
Desde Baufest entendemos que el campo científico y tecnológico requiere de más mujeres y abogamos por más mujeres científicas y por poner fin a la desigualdad de género en la ciencia, y buscamos crear a diario una cultura organizacional en donde las mujeres puedan desarrollarse profesionalmente en la industria de TI.