Se trata de las tecnologías que ya “obtienen la mayor cantidad de dinero de riesgo, producen la mayor cantidad de solicitudes de patente y generan las mayores implicaciones sobre cómo y dónde competir y las capacidades que se necesita para acelerar el desempeño”.
La primera de estas tendencias tecnológicas es la automatización y virtualización de procesos de siguiente nivel, que combina la robótica, Internet industrial de las cosas (IIoT), los gemelos digitales (digital twins) y la impresión 3-D ó 4-D para agilizar las tareas rutinarias, mejorar la eficiencia operativa y acelerar el tiempo de comercialización. Por ejemplo, se espera que para 2022 haya 600 mil instalaciones de robots industriales y que el 70% de los fabricantes use gemelos digitales regularmente; también que en 2025 haya unos 50 mil millones de dispositivos de IIoT conectados y que, en 2030, el 10% de los procesos de fabricación sean reemplazados por la fabricación aditiva. Esta tendencia podría tener fuertes implicancias en el futuro del trabajo. Y verá las primeras aplicaciones en el rubro automotor, la manufactura, el sector público y la industria aeroespacial, entre otras.
La segunda tendencia tiene que ver con el futuro de la conectividad: combina redes celulares de banda ancha de quinta generación (básicamente red inalámbrica 5G) e Internet de las cosas (IoT) para permitir una conectividad más rápida en distancias más largas, con descargas exponencialmente más rápidas y latencia casi inexistente. Por ejemplo, de aquí a 2030 se espera que 5G de banda alta o de banda baja a medio alcance hasta el 80% de la población mundial.
Con aplicaciones particularmente dinámicas en el sector de las telecomunicaciones, transporte, deportes y entretenimiento, fabricación y venta minorista, la conectividad ultrarrápida a Internet apoyará la creación de nuevos servicios y modelos comerciales vinculados a productos inteligentes habilitados por sensores, generará nuevas ofertas de cadena de valor (servicios predictivos y servicios de inteligencia aumentada) y permitirá que las empresas ofrezcan experiencias mejoradas a los clientes.
Infraestructuras distribuidas
La tercera tendencia une la computación en la Nube (cloud computing) con Edge Computing para ayudar a las empresas a mover la potencia informática más hacia el perímetro de sus redes, lo que les permitirá llegar a dispositivos que manejan gran cantidad de datos con una latencia mucho menor, en un mayor número de ubicaciones remotas y acelerar la toma de decisiones con análisis avanzados bajo demanda. Esta tendencia ayudará a las empresas a aumentar su velocidad y agilidad, a reducir la complejidad y ahorrar costos. Para 2022, el 70% de las empresas usarán tecnologías, herramientas y procesos de gestión híbridos o multinube. Esta tendencia tendrá aplicaciones potentes en las compañías de servicios públicos, la educación y la fabricación.
La cuarta tendencia que se anticipa aborda la informática de próxima generación y refleja el enfoque rápido de la computación cuántica y la computación neuromórfica. Esta última implica el desarrollo de microchips especializados (circuitos integrados de aplicación específica, ASIC). Este modelo promete reducir el tiempo de desarrollo de productos químicos y farmacéuticos con simulaciones, acelerar los vehículos autónomos con inteligencia artificial (IA) cuántica y transformar la ciberseguridad. Habilita una mayor democratización de los servicios impulsados por IA. Y sus aplicaciones iniciales se verán en la logística urbana, en la aceleración del aprendizaje automático (machine learning) y la robótica adaptativa.
Inteligencia artificial aplicada
La quinta megatendencia refiere a la IA aplicada y supone la implementación de algoritmos para entrenar a las máquinas, a efectos de que reconozcan patrones e interpreten y actúen sobre ellos. Impulsada por tecnologías como la visión por computadora y el procesamiento de lenguaje natural (PLN), esta tendencia promete mejorar la satisfacción del cliente a través de nuevas interfaces y métodos de interacción. Por ejemplo, se estima que para 2024 más del 50% de las interacciones de los usuarios serán complementadas por el habla, la palabra escrita o los algoritmos de visión por computadora impulsados por IA. Inicialmente podrá aplicarse a la venta minorista y también al desarrollo de productos químicos.
La sexta megatendencia tiene que ver con el futuro de la programación y anticipa el surgimiento del «software 2.0» (programas escritos por máquinas, o más concretamente por redes neuronales que utilizan el machine learning para asistir en el desarrollo de software). Esta tendencia “hace posible la rápida expansión y difusión de nuevas aplicaciones ricas en datos e impulsadas por IA” y en principio se observan aplicaciones posibles en la industria automotriz, el entretenimiento y los servicios financieros.
La séptima tendencia refiere a la arquitectura de confianza, esto es, a “un conjunto de tecnologías y enfoques diseñados para un mundo de ciberataques crecientes”. Estas arquitecturas proporcionan estructuras para verificar la confiabilidad de los dispositivos a medida que los datos fluyen a través de redes, las API y aplicaciones. Podrían incluir tecnologías de contabilidad distribuida (DLT), entre las cuales se encuentra blockchain, y enfoques de «seguridad de confianza cero» para prevenir las violaciones de datos. Se espera su aplicación en industrias avanzadas y en la venta minorista.
Bio revolución
La tendencia tecnológica número ocho se vincula con la bio revolución y “refleja una confluencia de avances en la ciencia biológica combinada con el desarrollo acelerado de la computación, la automatización de procesos y la IA. Implica una expansión de la comprensión humana de los procesos biológicos a nivel intracelular y a una capacidad cada vez mayor para diseñar moléculas y vías de acceso. Afectará a industrias que van desde la salud y la agricultura hasta los bienes de consumo, la energía y los materiales. Algunas innovaciones en este campo conllevan profundos riesgos arraigados en la naturaleza autosuficiente, autoreplicante e interconectada de la biología, por lo que requieren de un debate serio y sostenido.
La novena tendencia tecnológica se centra en los materiales de nueva generación -como el grafeno y los materiales 2-D, las nanopartículas de disulfuro de molibdeno, los nanomateriales y una gama de materiales inteligentes, sensibles y livianos que permiten una nueva funcionalidad y un rendimiento mejorado en las industrias farmacéutica, de energía, transporte, salud, semiconductores y manufactura. Muchos de estos materiales aún se encuentran en la etapa de investigación, en tanto que otros se están acercando a su potencial comercial.
Por su parte la tendencia tecnológica número diez refiere al futuro de las tecnologías limpias y se enfoca en las nuevas soluciones que abordan la creciente necesidad de generación de energía más sustentable -sistemas para la distribución de energía inteligente en la red, sistemas de almacenamiento de energía, generación de energía neutra en carbono y energía de fusión-. A medida que estas tecnologías limpias descienden por la curva de costos, se vuelven cada vez más disruptivas para los modelos comerciales tradicionales. Además, su avance promete un suministro abundante de energía verde para sostener un crecimiento tecnológico exponencial, por ejemplo, en la informática de alta potencia.
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