Cada vez se reconoce más la conexión entre los conceptos de sostenibilidad y resiliencia, y se ve con mayor claridad la forma en que la primera puede ayudar a amortiguar distintas situaciones disruptivas.
Lo cierto es que las consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) ganan peso en las agendas de las empresas. Al punto que en una encuesta global de McKinsey el 93% de los consultados dijo que sus compañías tenían al menos uno de los tres temas ESG en su agenda. Más de dos tercios informó que sus empresas habían logrado un amplio impacto gracias a sus esfuerzos ESG en los últimos tres años, y el 43% señaló que habían capturado valor financiero a partir de sus inversiones ESG. Además, en esta investigación un tercio de los encuestados destacó que el trabajo con estos temas tenía un fuerte efecto positivo en su propio compromiso con la organización y, a su vez, en la retención general de empleados.
Debate en evolución
Lejos de estancarse, el debate sobre la sostenibilidad evoluciona. Hoy se entiende que un negocio sostenible “busca crear valor a largo plazo para las partes interesadas al tener en cuenta los impactos sociales, económicos y/o ambientales en las decisiones estratégicas y operativas”. Y también se reconoce que incorporar estrategias sostenibles en el modelo de negocio permite desbloquear oportunidades de eficiencia operativa y de optimización de recursos. Por lo tanto, hoy se puede decir que la sostenibilidad ya no es una opción en las empresas, sino que es clave y necesaria para el éxito futuro.
En el pasado los objetivos de sostenibilidad se consideraban como “nice to have”. Hoy en cambio resultan “imprescindibles”. ¿Por qué? Porque las empresas ya reconocen que incorporar la sostenibilidad en las operaciones también crea valor comercial.
Obviamente hay una meta clara que es ayudar a cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible y dar respuesta a las regulaciones en la materia. Pero además se trata es de optimizar el negocio adoptando mejores prácticas que aporten valor.
En este marco en los negocios hoy no solo se avanza con definiciones cada vez más concretas sobre lo que debe hacer una organización para ser considerada sostenible, sino que también se advierte la importancia de anticiparse y adaptarse a los desafíos futuros. Por eso es fundamental revisar qué tendencias se observan en torno al tema de la sostenibilidad empresarial, tanto a nivel de enfoques, como de tecnologías en uso.
Cifras que respaldan
Tal como indica Gartner, en la actualidad ya se reconoce que los programas de sostenibilidad generan valor. Tal es así que, según un estudio de 2022 llevado adelante por esta consultora, el 87% de los líderes consultados esperaba que su inversión en iniciativas de sostenibilidad aumentase en los próximos dos años. En esta y otras encuestas de Gartner surgieron varios emergentes interesantes:
- El 86% de los ejecutivos veía la sostenibilidad como una inversión que protegía a su organización de las disrupciones.
- El 80% la veía como una ayuda para optimizar y reducir costos.
- El 83% dijo que las actividades de su programa de sostenibilidad crearon directamente valor a corto y largo plazo para su empresa.
Esfuerzos y frutos
Los esfuerzos ESG pueden dar frutos de varias formas, ya sea mediante el incremento del rendimiento y la productividad, la reducción de riesgos, una mejor planificación del uso de los recursos, la disminución en el consumo de energía y más. También pueden ayudar a atraer la preferencia de los consumidores.
En tal sentido cabe destacar que, tal como señalan los analistas de IDC, las organizaciones con visión de futuro “entienden que los objetivos ESG están estrechamente asociados con las mejoras en la eficiencia de TI”. Junto con el capital humano las TIC (tanto en lo que hace a la infraestructura como al software) y los departamentos de TI “son fundamentales para realizar proyectos centrados en la sostenibilidad que ayuden a las organizaciones a tener éxito en sus respectivos viajes para convertirse en empresas sostenibles”.
Análisis de datos
Indudablemente una de las tendencias fuertes que se observan actualmente en torno a la sostenibilidad en empresas es el uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) para distintos fines. La IA de hecho es un ejemplo de tecnología que permite no solo adoptar prácticas sostenibles, sino predecir y adelantarse a los desafíos que se vienen.
En distintas compañías de diversos sectores ya se habla del desarrollo de estrategias de sostenibilidad impulsadas por tecnologías de inteligencia artificial. De hecho, un estudio importante encontró que el 37% de las empresas ya están utilizando activamente la IA para la sostenibilidad. Esto involucra por supuesto el monitoreo y análisis de los datos vinculados más directamente con las emisiones de una empresa, para identificar áreas de mejora. Y también se extiende a la optimización de la iluminación, de los sistemas energéticos, de los equipos de climatización y ventilación y de otros equipos, con foco en la reducción de consumos y emisiones. Allí queda en evidencia la relación que puede haber entre inteligencia artificial y el cuidado del medio ambiente.
Con respecto a la sostenibilidad empresarial, la inteligencia artificial ofrece algo clave: la posibilidad de obtener una visión más profunda sobre los datos y de alcanzar conocimientos que informen las decisiones. En principio para obtener los propios indicadores de sustentabilidad; y luego obviamente para obtener otras métricas que permitan lograr mejoras. Además, al combinar la IA con otras tecnologías como IoT, por ejemplo, las posibilidades de actuar en favor de la sostenibilidad se expanden aún más.
Las herramientas de IA aprovechan cada vez más el aprendizaje automático (ML) y los marcos de IA generativa para automatizar los flujos de datos y detectar tanto patrones como tendencias. En su estado de evolución actual estas tecnologías pueden ayudar a las empresas a ser más sostenibles de diferentes maneras. Por ejemplo pueden proporcionar informes ESG coherentes y agregar eficiencia a los procesos de reciclaje (automatizar la clasificación, predecir las necesidades de mantenimiento y más); también como decíamos pueden analizar datos de sostenibilidad y monitorear diferentes variables, controlar el consumo de energía y de recursos y ayudar a desarrollar nuevos productos sostenibles.
Hay que tener muy presente, sin embargo, que en el caso de la IA los datos de entrenamiento incorrectos pueden provocar “alucinaciones”, sesgos y resultados inexactos; con lo cual en estos procesos siempre debe haber alguien cerca para analizar los resultados y dar sentido a los hechos y a la información relevante.
Indicadores de sostenibilidad
En las empresas la IA también ayuda a prolongar la vida útil de los activos, al predecir su estado y anticipar los riesgos de falla (análisis para mantenimiento predictivo). Además, facilita una mejor gestión del inventario (al ayudar a prever la demanda y optimizar las rutas de entrega, por ejemplo); y también colabora con la detección de anomalías en las líneas de producción, evitando el desperdicio y el derroche de energía.
Por otra parte, en los centros de datos la IA permite comprender la demanda informática a lo largo del tiempo, de forma tal de poder optimizar el uso de los recursos informáticos y de refrigeración. Con ello se pueden lograr ahorros de energía muy importantes.
Por ejemplo, las empresas de telecomunicaciones ya recurren al análisis de datos basado en inteligencia artificial para el mantenimiento predictivo, para aumentar la eficiencia de la red y reducir el tiempo de inactividad y el consumo de energía.
A fin de reconocer en qué áreas deben centrarse para obtener las primeras ganancias rápidas a nivel de la sostenibilidad empresarial, las empresas pueden buscar al apoyo de un socio tecnológico experimentado como Baufest. Con nuestro acompañamiento podrán diseñar una estrategia de sostenibilidad impulsada por IA adaptada a sus prioridades estratégicas y que considere las condiciones existentes.