En el panorama financiero mexicano, la usurpación de identidad representa una grave amenaza para individuos, instituciones y la economía en general. Este delito, que implica el robo de datos personales para obtener beneficios financieros indebidos, ha experimentado un crecimiento alarmante en los últimos años, aprovechando las deficiencias en los procesos de validación de identidad y la falta de una regulación adecuada.
Si bien la obtención de cifras precisas sobre este delito es compleja, diversos indicadores exponen su magnitud. En 2022, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) registró cerca de 4.5 millones de reclamos por fraude en el sector bancario, un 13.5% más que el año anterior. Aunque no se desglosa el número específico de casos relacionados con usurpación de identidad, esta cifra refleja la prevalencia del fraude en México.
Es aún más preocupante que, a pesar de estar tipificada como delito en 26 estados del país, la usurpación de identidad no se encuentra tipificada en el Código Penal Federal. Esta «falla legal» genera un vacío jurídico que dificulta la persecución y castigo efectivo de los delincuentes
Modus operandi y factores facilitadores
Los esquemas de usurpación de identidad suelen operar mediante la falsificación de documentos como la credencial para votar (INE), comprobantes de domicilio y estados de cuenta. Los delincuentes aprovechan las deficiencias en los controles de seguridad de las instituciones financieras, tales como:
- Procesos de validación de identidad deficientes: falta de verificación rigurosa de la documentación, ausencia de mecanismos biométricos de autenticación y dependencia excesiva de datos digitales sin corroboración física
- Falta de regulación y supervisión: la ausencia de marcos regulatorios estrictos y la poca supervisión por parte de las autoridades competentes permiten que algunas instituciones operen con prácticas poco seguras
Consecuencias devastadoras
En muchos casos, las víctimas no se percatan del fraude hasta que observan irregularidades en su historial crediticio y/o reciben notificaciones de deudas no contraídas. Esta falta de inmediatez complica la toma de medidas oportunas y aumenta el impacto negativo del delito con graves consecuencias:
- Dificultad para acceder a financiamiento futuro: el daño en su historial crediticio les impide obtener préstamos, créditos o abrir una cuenta bancaria
- Pérdidas económicas: se ven obligadas a asumir deudas fraudulentas o a invertir recursos en costosos procesos legales para limpiar su nombre
- Daño emocional: el estrés, la ansiedad y las preocupaciones por las repercusiones legales y financieras afectan negativamente a la víctima y su familia
Por otro lado, las instituciones financieras también sufren un impacto significativo:
- Pérdidas económicas: el fraude por usurpación de identidad representa una pérdida financiera importante.
- Daño a la reputación: la exposición a este tipo de fraudes erosiona la confianza de los clientes y daña la imagen de la institución.
- Problemas legales: las instituciones pueden enfrentar sanciones legales y regulatorias por no implementar medidas de seguridad adecuadas.
Un llamado a la acción integral y responsabilidad compartida
Combatir la usurpación de identidad en México exige un esfuerzo conjunto y sostenido por parte de diversos actores:
Como usuarios:
- Proteger la información personal: evitar compartir datos sensibles en el entorno digital y resguardar cuidadosamente los documentos importantes
- Monitorear el historial crediticio: revisar periódicamente el historial crediticio para detectar cualquier actividad fraudulenta y reportarla de inmediato a la institución financiera y autoridades competentes.
Las autoridades:
- Tipificar la usurpación de identidad como delito federal: es fundamental establecer una tipificación clara a nivel nacional, con penas severas que disuadan a los delincuentes y faciliten su persecución
- Fortalecer los marcos regulatorios: se deben implementar requisitos más estrictos para la apertura de cuentas y obtención de créditos, así como realizar auditorías periódicas a las instituciones financieras para evaluar sus procesos de validación de identidad, medidas de seguridad y cumplimiento con las normas regulatorias
Instituciones financieras y compañías:
- Capacitar al personal: brindar capacitación constante a los empleados sobre las técnicas de fraude por usurpación de identidad y los procedimientos para detectarlo y prevenirlo.
- Invertir en tecnología de vanguardia: implementar soluciones tecnológicas robustas que permitan una validación de identidad precisa y confiable.
Las instituciones que no tomen medidas para combatir la usurpación de identidad se exponen a cuantiosos impactos económicos, legales y de reputación. Además de las pérdidas directas, pueden enfrentar costos indirectos como dificultades en la captación de nuevos clientes, impacto en el crecimiento a largo plazo e incluso, reducción de la moral y productividad de los propios empleados.
La Inteligencia Artificial: un arma poderosa contra el fraude
Los métodos de validación de identidad actuales son vulnerables y poco confiables:
- La validación de correos electrónicos y números telefónicos a menudo es superficial.
- No se realiza una “comprobación física” de un domicilio declarado mediante copia de un estado de cuenta.
- Incapacidad para detectar documentos de identidad falsificados o clonados.
La implementación de componentes de Inteligencia Artificial en un servicio financiero permite un Proceso Fluido de Identidad DDB (datos, documentos y biometría). Este proceso, ante el mínimo indicio de inconsistencia, detiene la operación del crédito y presenta los datos contradictorios para su análisis y resolución.
La combinación de algoritmos de análisis de textura y metadatos, detección de anomalías y redes neuronales revelan las falsificaciones en un alto grado de acierto. Un estudio publicado en la revista «IEEE Transactions on Information Forensics and Security« encontró que la combinación de análisis de textura y redes neuronales logró una tasa de detección de falsificaciones del 99.7%.
Es importante considerar algunas limitaciones como el potencial de sesgos en los algoritmos, la calidad de los datos y la evolución de las técnicas de fraude. Es necesario actualizar continuamente los algoritmos y las técnicas de detección.
Mirando hacia el futuro
Es crucial reconocer que este desafío es persistente y su erradicación total poco probable. La usurpación de identidad en el sistema financiero mexicano representa una amenaza de gran magnitud. La falta de una tipificación federal del delito, las deficiencias en los procesos de validación de identidad y la falta de regulación y supervisión adecuada han creado un ambiente propicio para que los delincuentes prosperen.
Si bien no existe una solución perfecta, la implementación de herramientas como la Inteligencia Artificial junto con otras medidas de seguridad (físicas y digitales) pueden contribuir significativamente a reducir el riesgo en el impacto de este delito y proteger a los usuarios. Es fundamental el compromiso y la colaboración de todos los actores involucrados para crear un ecosistema financiero más seguro y resiliente y así, fortalecer la confianza de este.