Cuando hablamos de dispositivos nos referimos a teléfonos, electrodomésticos, equipos médicos, wearables, máquinas industriales, etc.; pero también hacemos alusión a automóviles y distintos recursos tecnológicos relacionados con edificios, restaurantes y ciudades, por ejemplo.
De hecho, ya en la actualidad casi todas las industrias están incorporando soluciones tecnológicas de Internet de las Cosas (IoT) y aprovechan sus beneficios, muchas veces en sintonía con otros desarrollos de inteligencia artificial.
Ahora bien: por más que se anuncie la inminencia de esta era de la hiperconectividad, desarrollar estas soluciones no es tan simple. Como se indica en este artículo, “la mayoría de las ideas de IoT mueren en lo que comúnmente se denomina ´prueba de concepto del purgatorio`”. Por lo tanto, para tener éxito, los innovadores en IoT necesitan el tipo de ayuda adecuado. Es decir, precisan un ecosistema que acompañe esta innovación.
Innovación colaborativa
¿Cómo puede impulsar la innovación de IoT un ecosistema? El vínculo entre ecosistemas e innovación no es nuevo. Pero el terreno de IoT puede dar lugar a nuevos tipos de empresas multidisciplinarias.
“Los ecosistemas de IoT exitosos consisten en varios socios con la experiencia, el conocimiento y el expertise relevante para ayudar a los innovadores a evitar los peligros del `purgatorio de la prueba de concepto´ -se lee en la nota que estamos repasando-. Dentro del ecosistema, los socios deben estar comprometidos y tener pasión por guiar a los innovadores rápidamente a lo largo de todo el viaje: primero en el complejo proceso de desarrollo; y luego en el ciclo de vida completo del producto”.
Desde esta perspectiva los innovadores deben buscar un ecosistema IoT “con una capacidad probada para trabajar en todas las fases del desarrollo de productos, desde el concepto hasta la creación de prototipos, el diseño, la fabricación, el marketing, el escalado, la distribución, el soporte y el final de la vida útil”.
Diversidad y cohesión
Para ser útil, un ecosistema IoT tiene que ser lo suficientemente diverso como para cubrir todos los servicios que precisan los innovadores. Pero también lo suficientemente cohesivo como para permitir que el innovador trabaje con una empresa que pueda coordinar todo.
Yendo incluso más allá, se espera que el paradigma de IoT y la interconexión entre las cosas genere una situación en la que los usuarios comiencen a requerir soluciones holísticas que resuelvan varias necesidades relacionadas con un mismo escenario. Cubrir todo el abanico de servicios tecnológicos o productos que se pueden necesitar para responder de manera cabal puede ser imposible para una única empresa por las suyas.
Por eso hoy ya se habla de un nuevo paradigma de marca –denominado “marcas del ecosistema de IoT”- para hacer alusión a alianzas entre socios de distintas industrias y categorías de productos o servicios que crean una solución integral de modo conjunto, en el contexto de la cooperación multilateral dinámica entre organizaciones de diferentes rubros.
La realidad es que los ecosistemas no son fáciles de construir y encontrar. Pero una vez que se constituyen, pueden ayudar a los innovadores y a las empresas a moverse más rápido, a un costo menor y con mayor confianza.
Para profundizar en esta mirada sobre la innovación colaborativa en el marco de IoT, recomendamos leer este artículo.